La historia de amor de Marta y Miguel comenzó hace ya 6 años. Se conocieron en el trabajo, y desde que quedaron por primera vez, ya no se volvieron a separar.
Miguel pidió Matrimonio a Marta en el Muelle de Santander. Marta no sabía ni sospechaba nada. Mientras les hacían una sesión de fotos en este bonito lugar, Miguel se arrodilló y le pidió matrimonio.
Los novios se encargaron de toda la organización del evento. Decidieron que la temática de su boda estuviese inspirada en la gran pasión de ambos… ¡viajar!
La búsqueda del vestido de novia de Marta no fue tarea fácil. Probó muchos estilos diferentes, hasta que dio con el vestido St. Patrick modelo Love en la tienda Palmira en Santander. Cuando se lo probó, ¡sabía que era su vestido!
El vestido de Marta combina una falda de tul con mucho movimiento, y un cuerpo en chantilly y encaje con aplicaciones de hilo bordado y pedrería. Un diseño de escote en V que combina con transparencias. También tenía un precioso escote en la espalda, que quedaba tapada con un velo tul de puntilla de encaje chantilly.
La ceremonia tuvo lugar en La Colegiata de Castañeda.
La fiesta continuo en la Finca San Juan, Hostería de Castañeda donde sus 150 invitados pudieron disfrutar de mucho baile, risas y diversión.
La boda estuvo plagada de guiños a su gran pasión por los viajes. Por ejemplo, los anillos iban en un bastidor de madera con tela del mapamundi y bordado “contigo al fin del mundo”. Así como las arras, que iban dentro de una bolsita a juego con la misma tela.
El seating era el mapa del mundo, y cada mesa, uno de los países donde habían viajado los novios. A parte cada invitado tenía una maleta de cartón en su sitio junto a la minuta.
Marta quiso que sus abuelas de alguna manera estuvieran presentes en su boda. Por eso, de su ramo colgaba una tarjetita con forma de corazón con el nombre de sus dos abuelas: María y Cinda.
Gracias Marta y Miguel por compartir vuestra bonita historia con todos nosotros,
Besos
Reportaje fotográfico realizado por Manuel Castaño.