Todos conocemos muchas tradiciones y supersticiones que rodean a las bodas, aunque las seguimos a pies juntillas, seguramente que no sabes el origen de ellas. Os explicamos su significado.
El novio no puede ver a la novia vestida y preparada para la boda antes del enlace, porque sino trae mala suerte. Se debe a los tiempos en que los matrimonios eran concertados, pues entonces se decía que si el novio veía a la novia previamente podía llegar a cambiar de opinión y anular la boda.
Si una novia llora durante el enlace se supone que con este gesto ya habrá derramado todas sus lágrimas y por tanto ya no llorará a lo largo de su matrimonio.
Siempre se ha dicho que “novia mojada, novia afortunada” y es porque la lluvia es el símbolo de la prosperidad y fertilidad; las bases para un buen matrimonio.
El llevar el velo por delante de la cara en la Antigua Roma se utilizaba para proteger a la mujer de los malos espíritus que intentaban que el matrimonio no fuera feliz.
En algunos países mediterráneos la pareja de novios, tras el enlace, rompe una copa o vaso de cristal. Según las creencias cuantos más añicos se hagan más largo será el matrimonio.
El bonito gesto de llevar en brazos el ya marido a su mujer para cruzar el umbral de la puerta por primera vez, se remonta a la época Medieval, donde se tenía la idea de que los espíritus malignos podrían atacar a la mujer a través de los pies y una vez dentro del hogar el problema ya desaparecía.
En las bodas irlandesas se tocan las campanas para espantar a los malos espíritus que podrían estropear la vida familiar que comienza. Para asegurarse que las campanas suenan, las novias las incorporan en su vestuario o en su ramo nupcial.
Si los novios reciben como regalo de boda un cuchillo, se considera un mal presagio, significa que la relación se rompe. La solución a este problema se soluciona muy fácil, entrégale a quien te lo regale algo de dinero, así será como si lo hubieras comprado, ya no será un regalo.