Los detalles lo son todo para una novia. Preparar una boda conlleva momentos mágicos e irrepetibles en la vida. Son muchos los lugares que se visitan, las horas invertidas, los pensamientos que tienen y todo ello para conseguir la boda perfecta, la boda con la que hemos soñado durante mucho tiempo. El problema es que tanto es fuerzo pasa pronto y sólo nos quedan las fotografías y vídeos como recuerdo práctico y como recuerdo entrañable los vestidos de los novios.
Pero hay un objeto que podemos conservar a lo largo de los años, se trata del ramo de la novia. Muchas novias lo ofrecen a la siguiente pareja que va a casarse o a algún familiar o amigo muy cercano. Pero si lo que nos gustaría es tenerlo siempre con nosotras, entonces te indicamos los pasos a seguir para que se mantenga perfecto, con el paso de los años.
Lo primero que hay que hacer es desechar las flores y ramas que estén en mal estado, seguro que hay varias, pues es normal debido al ajetreo del día y al haber estado algunas horas sin agua. Así que es importante no demorar mucho el proceso, y hasta ese momento tenerlo siempre en agua.
Si queréis que el ramo quede prensado, sobre un periódico o algún papel secante se van dejando las flores, de forma individual o en pequeños ramitos, se le coloca otra hoja de papel de periódico y sobre ella se pone peso para prensarlo (libros, por ejemplo). Es aconsejable cambiar las hojas de papel cada dos o tres días, ya que se van humedeciendo. Pasadas dos semanas, más o menos, las flores se habrán secado perfectamente y podréis retirar el periódico. Una muy buena idea es regalar alguna de estas hojas a vuestros seres más queridos.
Si lo que buscáis es que el ramo conserve la forma original, entonces el método a seguir es el siguiente: Buscad una habitación que pueda mantenerse a oscuras y que se encuentre ventilada. Cuelga el ramo boca abajo, atándolo con un cordel. Cuando hayan pasado tres semanas ya se puede descolgar y dar la vuelta, a continuación rocíalo con laca. Con esto se consigue que el polvo no se adhiera y que las flores no se rompan. Es el momento de buscarle un sitio bonito para lucirlo.